♥

miércoles, 21 de mayo de 2014

REFLEXIÓN FINAL

Ante la pregunta, ¿qué has aprendido en esta asignatura?, pueden surgir varias respuestas. La primera de ellas y la más utilizada sería basarse en los conocimientos que has adquirido. Otra respuesta sería qué te ha aportado cada día estas clases y qué aprendías si es que lo hacías. Y la tercera, y la cual voy a desarrollar, qué he aprendido tanto teórica como personalmente y qué me ha aportado; pero también qué habilidades he desarrollado y cómo me ha ayudado la asignatura, sin olvidarme de la parte fundamental de si lo emplearé en un futuro.

Como estoy diciendo, yo en esta asignatura no puedo hacer una división simple sobre que he aprendido en cuanto a conceptos, debido a que he conseguido ir más allá. Si solo tuviera que decir los conocimientos asimilados sería más sencillo de explicar, pues con hacer una lista sobre estos conceptos sería suficiente, como por ejemplo: “diferentes tipos de metodologías y estrategias a emplear en un aula; cómo distribuir dicho aula según el objetivo y el qué queramos conseguir; qué nos puede aportar el aprendizaje cooperativo; qué es la inclusión educativa; etc.” Pero esto no sería útil ni sería el reflejo de lo que ha sido esta asignatura.

Es cierto que he adquirido todos esos conocimientos, que es verdad que antes no hacía hincapié ni era consciente de la importancia de la colocación de las mesas dentro del aula, ni el cómo esto puede repercutir en el alumnado. Pero la forma de llevar la clase me ha aportado más que la propia información. ¿A qué me refiero con esto? Que el hecho de ver que si confías en tus alumnos, les dejas trabajar, te preocupas por ellos, juegas con las emociones para que se sientan seguros y confiados, fomentas el pensamiento creativo y el trabajo cooperativo, estos te responden con creces. Te sorprenderán día a día, y observarás como todos y cada uno de ellos trabaja motivado, con interés, con fuerzas y, lo más importante, con alegría y con ganas de aprender.

Observar como cada grupo resuelve sus dudas, investiga y actúa, y que tú simplemente debes ser el guía, es una sensación extraordinaria. Estás fomentando todas las habilidades (comunicativa, resolver conflictos, aprender a trabajar en equipo, respetar todas las opiniones, etc.) y a pesar de no estar dando clases teóricas como todos las entendemos, tus alumnos han adquirido más conocimientos.

Poniendo un ejemplo de nuestras clases, era increíble ver como todos estábamos felices y alucinados con nuestros trabajos y con el de nuestros compañeros, como la creatividad salía a relucir en cada grupo.

Yo creo que lo fundamental de esta asignatura era hacernos mejores personas, sin olvidar todo lo aprendido, como ya he dicho. Pero el hecho de que todos hayamos modificado y mejorado aquellos aspectos que sabíamos que teníamos que hacerlo, es lo más importante. Algunos hemos dejado de ser tan cabezotas, otros han aprendido a colaborar, otros a ser menos perfeccionistas y querer hacer todo ellos, y así muchos más ejemplos.

Estoy 100% seguro, de que sí preguntamos que han aprendido a todos mis compañeros, dirían lo mismo. Que no sólo conceptos y conocimientos si no humanos y personales también. Todos estarán de acuerdo que han aprendido más en esta asignatura que en otras, aunque otras fueran más teóricas que esta. Lo importante no es la cantidad de conocimientos que quieras enseñar, si no que adquieran lo que enseñes o quieras enseñar. Todos podemos aprender de todos, y este debe ser el espíritu de la enseñanza. Por tanto, ¿tienen cavida las personas con discapacidad en esta de educación? ¿La educación no debe ser de todos y para todos?

En relación a las dos preguntas anteriores es lo que debemos buscar y por lo que debemos pelear. Que la inclusión educativa esté presente en todos los centros. Que sí podemos aprender de todos, ya que todos somos diferentes, ¿por qué no se fomenta este tipo de educación? Podemos educar de una mejor manera, los grupos heterogéneos que son los que deben predominar en el aula, estarían mejor formados. Cada alumno aporta algo diferente y todos aprenden de todos, por lo que seas como seas, siempre tienes algo que enseñar y algo de lo que pueden aprender de ti. Si estamos jugando con las emociones, ¿ellos no tienen? ¿De verdad pensáis que no tienen sitio? Podemos fomentar el concepto respeto más profundamente, aprenderán que debemos respetar a todos y que aunque todos seamos diferentes, todos tenemos los mismos derechos y oportunidades ya que todos somos personas. Actualmente contamos con el avance tecnológico, lo cual incrementa la comunicación entre todos ellos, el poder jugar todos juntos, etc. Aprovechémoslo y démosle el uso que se merece. Seamos conscientes de que si se quiere, se puede, que no existen barreras ni adversidades que puedan frenan el aprendizaje o las relaciones. 

martes, 20 de mayo de 2014

APRENDIENDO

Durante este primer año de grado hemos aprendido algo que ya sabíamos, aunque no fuéramos conscientes de ello: que el aprendizaje válido para cualquier persona es aquel que podemos aplicar en nuestro día a día, es decir, un aprendizaje significativo.

¿Aprender algo que ya sabíamos? ¿Cómo es posible hacer eso?

Los niños cada día nos ofrecen ejemplos de esta gran paradoja. ¿Sabrían ellos definir qué es la inclusión? No. Pero ellos, innatamente son inclusivos, no dan de lado a ninguno de sus compañeros. Somos los adultos quienes vamos metiéndoles en esa cabecita los prejuicios que creemos como verdades universales. Esto nos hace ver además, que tenemos mucho más que aprender de ellos que ellos de nosotros. Aprender a aceptar lo que nos rodea y no excluirlo por el hecho de que sea diferente. Somos (o debemos ser) conscientes de que somos diferentes unos de otros, no hay que negar la evidencia, ¿pero por qué, en lugar de utilizarlo como una ventaja eso lo vemos como un inconveniente? Si en un equipo de fútbol todos fueran delanteros, el equipo no funcionaría. Todos querrían meter gol. Entonces… ¿quién pararía la pelota? ¿Quién defendería el área? Traslademos esto al aula; si todos nuestros estudiantes fueran iguales, la clase no funcionaría. Cada uno de ellos tiene una habilidad especial con la que puede ayudar al grupo, por eso es importante que las clases sean heterogéneas, lo más heterogéneas posibles, para que unos aprendan de otros. Trabajar en grupo y que esta realidad se proyecte en él es muy importante. Los grupos de trabajo en clase deben ser como máximo de cinco alumnos para poder trabajar de forma cómoda, y cada uno de los miembros debe tener un cometido para que el grupo se organice bien. En lugar de dar las clases teóricas y trabajar de forma individual, ¿por qué no hacerlo en grupos? Claro que es difícil manejar una clase en la que se trabaja por grupos, porque son los alumnos los que marcan el ritmo de ésta y no el profesor, pero ahí es donde entra las competencias del profesor y su eficiencia. Si durante su formación ha aprendido a trabajar de esta forma, cuando llegue a “su” clase, le será menos difícil.

Trabajar por grupos implica hacer las cosas algo más despacio, porque se tiene que aprender a dialogar, a escuchar y sobre todo a tomar decisiones conjuntamente y ver que, lo que uno haga puede afectar al grupo. Si esto lo vamos aprendiendo desde pequeños, lo trasladaremos a la sociedad en la que vivimos. Recordemos que la escuela debe ser un reflejo de la sociedad, y si estamos trabajando valores como el respeto a los demás, el trabajo cooperativo, la ayuda entre iguales, etc., esto necesariamente ha de reflejarse en nuestra sociedad.


El mundo cambia continuamente en lo que a los medios de difusión de información se refiere, y el colegio, por ende, debe adaptarse a ello. Este trabajo, sin ir más lejos está en un blog y los que lo estáis leyendo es porque está en una red social. ¿Es por ello peor que otros trabajos que se han hecho en papel? Está llegando a vosotros, y de la otra forma, tan solo mi profesora y alguno de mis compañeros tendrían acceso a él. Esto es precisamente lo que hay que enseñar: que a través de las redes sociales se puede enseñar y que es mucho más motivante que un libro de 800 páginas. De esta idea es de donde han nacido las TICs, aulas donde se utiliza la tecnología para aprender como un método complementario (y no sustitutivo) al tradicional.